EL RESPONSORIO: SALMOS

SALMO RESPONSORIAL

Ø  Después de la primera lectura sigue el salmo responsorial, que es parte integral de la liturgia de la Palabra y de por sí tiene una gran importancia litúrgica y pastoral, por cuanto favorece la meditación de la Palabra de Dios.

Ø  El salmo responsorial será el correspondiente a cada lectura y normalmente se tomará del Leccionario.

Ø  Es conveniente que el salmo responsorial sea cantado, al menos en lo que se refiere a la respuesta del pueblo. El salmista, o el cantor del salmo, profiere los versículos del salmo en el ambón o en otro lugar adecuado, mientras que toda la asamblea permanece sentada y escucha, y más aún participa con la respuesta, a no ser que el salmo sea proferido de modo directo, es decir sin respuesta. Para facilitar la respuesta salmódica del pueblo, se han seleccionado algunos textos de respuestas y de salmos según los diversos tiempos del año o las diversas categorías de Santos, que pueden emplearse en lugar del texto correspondiente a la lectura, siempre que el salmo sea cantado. Si el salmo no puede ser cantado, se lo ha de recitar del modo más adecuado para favorecer la meditación de la Palabra de Dios.


Los Salmos son Palabra de Dios Cantada, es una lectura cantada que tiene carácter propio y puede adoptar diversos géneros expresivos: de alabanza, de exclamación, de agradecimiento, de súplica, de arrepentimiento, de reconocimiento de la bondad y la grandeza de Dios, etc.

 

No es fácil la interpretación del Salmo. Pueden admitirse tres variantes más que elevadas en inspiración. El Salmo no tiene “estrofas”, está compuesto de versículos, continuos e inter-relacionados unos con otros y uno o dos de ellos oficia de “Antífona” o “Responsorio” de allí la expresión litúrgica “Salmo Responsorial”. Todo el Salmo es una respuesta a lo proclamado en la Primera Lectura. Por esta razón es totalmente incorrecto anunciar “a las estrofas del salmo respondemos…” error muy común en las celebraciones.-

 

La forma apropiada de entonar el Salmo es que un salmista, debidamente preparado, y con las habilidades musicales necesaria para interpretarlo, lo cante frente a toda la Asamblea, repitiendo las correspondientes Antífonas junto con la Asamblea, y entonando como solista los versicularios que contienen la tónica del Salmo en cuestión.-

 

El Salmo no necesita monición de guías, al ser respuesta directa a la Primera Proclamación, es una continuidad de la Primera Lectura, por lo tanto bien culmina la proclamación de esta, el salmista se ubicará en el ambón y comenzara la entonación del Salmo, incitando con su tonalidad a la respuesta conjunta de la asamblea.-

 

Las variantes de interpretación deben ser las más apropiadas y que ofrezcan dignidad al momento que se está celebrando. La forma “salmista – todos – salmista – todos” suele ser la más habitual. Es sumamente importante que la Asamblea participe de la respuesta cantada a los versículos, casi con fuerza de aclamación, debe resonar en el templo esta respuesta.-

 

Cuando las dotes musicales del salmista no permitan la entonación del cántico completo, al menos deberá entonarse el Versículo Respuesta en forma cantada, y los versículos restantes en forma proclamada (recordar que el Salmo es Palabra de Dios también por lo tanto debe ser proclamada con esa impronta y respeto). En estos casos puede asumirse la forma “salmista - todos – proclamación – todos”, iniciando y culminando el salmo con la Antífona  cantada.-

 

Ahora, cuando las posibilidades vocales y/o musicales de la comunidad hagan imposible que el Salmo pueda ser cantado íntegramente o parcialmente, es preferible proclamarlo con toda vehemencia, antes que incurrir en deformaciones musicales, o en el común error de querer introducir una canción inspirada en el contenido del salmo, pero que no sea la letra que debe proclamarse.-

 

El Salmo no puede ni debe ser reemplazado o sustituido por otra canción.-

 

En comunidades menos numerosas o más crecidas litúrgicamente, toda la Asamblea suele cantar todo el Salmo (como suele ser la modalidad de la Liturgia de las Horas) y este si sería el máximo de expresión litúrgica para este momento celebrativo.-